Por Sebastián Robles
Damián Ríos es escritor, editor y docente en Casa de Letras. Dirige, junto con Mariano Blatt, la editorial Blatt y Ríos, que en estos días se encarga de la organización de la edición navideña de la feria “La sensación”, que se realizará este sábado 14 de diciembre, con la participación de las editoriales Mansalva, Blatt y Ríos, Conejos, Clase Turista, Big Sur, Caja Negra, Santiago Arcos, Un Faulduo y Belleza y Felicidad, entre otras. Aprovechamos la oportunidad para conversar con él acerca de la feria y otras cuestiones vinculadas a su actividad como editor.
¿Cómo surge la iniciativa de la feria “La sensación”? ¿En qué consiste?
La feria La Sensación es un evento que organizamos con editoriales afines 3 o 4 veces al año. En este caso, se trata de la feria de las fiestas, de fin de año. Debe haber, en total, más de 40 novedades recién salidas de imprenta y más de 200 títulos muy buenos. Tratamos de que la feria sea un festejo. Vienen autores y lectores y se arman tertulias. No es la primera ni va a ser la última, es una oportunidad de mostrar títulos que no siempre se pueden conseguir en librerías por la rotación que impone la industria. Todas las editoriales participantes tenemos catálogos que apuntan a mantenerse en el tiempo, de ahí que todos los títulos que mostramos en la feria tengan vigencia. También, claro, es una manera de financiarnos. Es largo de explicar, pero a las editoriales nos cuesta cubrir los gastos, por la propia cadena que tiene el libro. Por eso le ponemos mucha garra a esta feria. También porque la feria del libro, tradicional nos queda grande a todas, en cuanto a costos de stands y esas cosas.
En octubre, Blatt y Ríos, uno de los sellos independientes que más se está moviendo en el tema libros digitales, organizó la feria del ebook. ¿Cómo es tu balance del evento? ¿Cuáles son las perspectivas del ebook en nuestro país, en particular para el mercado de las editoriales independientes?
El balance de la feria del ebook es muy positivo. No está confirmado, pero fue la primera feria de ebooks de editor al lector en lengua castellana. No hay antecedentes. Vino muchísima gente, se hicieron varias notas, y la repercusión rebasó nuestras expectativas. Estamos organizando la segunda para octubre del año que viene. El espíritu de la feria era dejar de discutir si el ebook sí o no, si va a reemplazar al libro en papel y esas cosas que se han convertido en lugar común. Hay editoriales que ofrecen sus libros en digital, hay gente que los compra y los lee y se acabó el debate. En todo caso se habilitan otros. Cómo promover la lectura más allá de los formatos, por ejemplo. Acá hay muy buenos editores de ebooks, muy buenos profesionales. Argentina está a la vanguardia en esto y la feria fue una oportunidad de demostrarlo. Las perspectivas son muy buenas. Tenemos la oportunidad de llegar a lugares impensados. A Australia, por ejemplo, adonde hemos vendido ebooks, pero también a localidades del interior de Argentina que no tienen librerías pero tienen lectores.
¿Cómo ves la oferta de títulos de las editoriales independientes en comparación con la de los grandes sellos editoriales?
Los sellos chicos se concentran en lo más actual de la literatura, en lo más caliente y discutible; también en lo olvidado que es bueno. Los sellos más grandes se concentran en autores ya consagrados o en libros que tengan alta rotación. En ese sentido se complementan. Cada tanto una editorial grande se juega por un autor literario nuevo, nosotros nos jugamos todos los meses. Son diferentes lugares de la industria y también una idea diferente del sentido de editar. ¿Qué debemos editar? Es una gran pregunta. La idea nuestra es la de darle cabida a títulos y autores que orienten la discusión. La de pensar en libros que alimenten la imaginación y el juego y nuestra responsabilidad es hacer sostenibles estos proyectos, estas editoriales. Por eso hacemos ferias y ofertas y editamos en ebook con buenos precios. Las editoriales grandes tienen otras prioridades, ni mejores ni peores: otras. Nosotros, los de editoriales chicas y medianas, pensamos que hay que darle un sentido a la producción cultural de un país. Las editoriales grandes piensan en otras direcciones. Convivimos.