Por Sebastián Robles
Estamos acostumbrados a leer y escribir en primera persona. No sólo en la literatura, con el auge de la así llamada “literatura del yo” y en los relatos abiertamente autobiográficos, sino también todos los días, acá mismo, en las redes sociales. “Cuando ponés la palabra yo arrancás mintiendo”, afirmó Jorge Asís en una entrevista reciente. “Cuando narramos nuestra vida, la transformamos y cruzamos la frontera que une realidad y ficción”, sostiene Carles Adamuz, profesor de la Escola d´Escriptura de Barcelona (Ateneu Barcelonés), en el programa de “Autoficción”, el taller breve de lectura y escritura que dictará los días 9 y 11 de abril en Casa de Letras. ¿Es posible narrarnos a nosotros mismos? ¿Es inevitable la ficción en los relatos que elaboramos acerca de nuestra propia experiencia? Conversamos con Carles Adamuz acerca de éstas y otras cuestiones.
En el programa del taller, afirmás: “No escribimos sobre nosotros mismos sino sobre alguien a quien desconocemos parcialmente.”. ¿Toda autobiografía es, entonces, una autoficción?
Al contrario de la autobiografía, la autoficción no es unificante y parte de la discontinuidad de un individuo fragmentado que no coincide consigo mismo, y que está en constante (re)construcción de su identidad. En este sentido, el yo que dice “yo” en el texto se edifica a partir de un juego dialéctico entre lo íntimo y lo público, entre el deseo y la realidad, entre lo que es y lo que parece. Quien dice “yo” es y no es el mismo autor al mismo tiempo y, de este modo, ficcionaliza su experiencia.
Al escribir de ti mismo, empiezas a verte como si fueras otro, te tratas como si fueras otro: te alejas de ti mismo conforme te acercas a ti mismo. Es como si el narrador-autor-personaje de autoficción contemplara el resultado de su relato, recapacitase, nos mirara de reojo, y entre escéptico y cínico, nos dijese: “¿Éste (no) soy yo?”. Desde ese pacto ambiguo con el lector, considero que la obra resultante es paradójicamente más verdad cuando mezcla y equilibra realidad y ficción. Porque, al final de todo, somos literatura.
¿Creés que la web (blogs, redes sociales) influyó, de alguna manera, sobre el género de la autoficción?
Efectivamente, pienso que la web ha agudizado el fenómeno de la ficcionalización de la realidad. Allí, en esa burbuja, nos convertimos en una identidad virtual que mezcla lo que creemos que somos, lo que los otros creen que somos y lo que somos realmente. Pero, sobre todo, dudo que acabemos siendo lo que queremos ser. Y quizás este hecho refleje dos de los síntomas de la época hiperindividualizada y globalizada que vivimos: la afirmación y la desaparición de nosotros mismos e, incluso, la relación conflictiva entre lo real y su representación.
¿Cuál será la metodología de trabajo en el taller y a quiénes está dirigido?
En este curso breve de narrativa autoficcional invitaré a los participantes a degustar este género. Será un espacio para los que quieran dejarse seducir y cruzar la frontera que une realidad y ficción. Y también para aquellas personas que busquen reflexionar en torno a la relación que existe entre identidad, experiencia y narrativa. Pero, sobre todo, para aquéllos que deseen convertirte en una verdad a medias, en una ficción. ¿Sugerente, cierto?
En la primera sesión, cada participante contará con una visión general en torno a este género y dispondrá de las estrategias narrativas básicas para la confección de un relato breve, que producirá fuera de aula y que será revisado, compartido y comentado en el segundo encuentro según parámetros prefijados. Disfrutaremos. Seguro.
Más información acerca del taller breve de lectura y escritura “Autoficción”