Por Sebastián Robles
En las entregas anteriores de esta columna recorrimos algunas piezas o recopilaciones musicales etiquetadas como “música para escribir” en YouTube y Spotify. En esta última red social encontramos, también, bajo la misma etiqueta, una serie de audios cuya autoría pertenece a un misterioso colectivo llamado “Audio hipnosis TCX”, sobre el cual no existe ninguna información. Algunos de sus títulos son “Liberando tu poderoso talento para escribir” y “Levantando el bloqueo para escritores”. Aunque cuentan, al momento de redactar esta nota, con menos de mil reproducciones cada uno (un promedio bajo en Spotify), resulta interesante escucharlos para pensar el concepto de “escritor” que se esconde detrás de ellos.
En primer lugar, descubrimos que los audios dedicados a la escritura se encuentran agrupados en una serie de títulos como “Liberando el éxito en matemáticas”, “Un estudiante superior” y otros similares. Casi cualquier tarea intelectual tiene su audio correspondiente. Todos tienen la misma música envolvente de fondo, y están relatados por un locutor de acento centroamericano. Su duración oscila entre los quince y los treinta minutos cada uno.
La introducción es similar en todos los casos. El locutor invita a la relajación y a descubrir “el vacío que somos”. Un poco más adelante, se invoca a la “mente subconsciente” de los oyentes. A continuación se realiza una serie de afirmaciones que el oyente debe incorporar como propias. y que revelan un concepto por lo menos discutible de lo literario:
“Me aseguro de escribir lo más claramente posible”.
“Las imágenes y las palabras vienen fácilmente a mí cuando me siento a escribir”.
“Escribo todos los días con emoción, entusiasmo y confianza”.
“Siempre estoy inspirado, la inspiración siempre me encuentra”.
“Apoyo mi trama con detalles específicos, hechos y ejemplos”.
“Puedo crear un cambio positivo en mis lectores”.
¿Alguien se imagina a James Joyce, a Thomas Pynchon o a Clarice Lispector, entre muchos otros, repitiendo estas palabras para sí mismos?
Y por otro lado, la pregunta que sobreviene de inmediato es, ¿funciona este método? ¿Alguien realmente pudo escribir a raíz de estos audios encontrados, un poco al azar, en Spotify? ¿Tiene algún sentido comenzar una sesión de escritura, quizás durante un bloqueo, cuando las ideas parecen no salir de ninguna parte?
No encontramos ningún testimonio al respecto.
Según Wikipedia, la hipnosis es definida por la Asociación Americana de Psicología como “una sugestión inicial extendida para usar la propia imaginación, y puede contener elaboraciones posteriores a la introducción. Un procedimiento hipnótico se usa para incitar y evaluar respuestas a las sugestiones”.
Más allá de estas consideraciones, queda también por dilucidar si este estado puede ser inducido realmente por medio de un audio de quince o treinta minutos. No tenemos respuesta, excepto quizás una muy tradicional, aquella vieja definición de Faulkner acerca de la literatura: “trabajo, trabajo y más trabajo”.