Por Sebastián Robles
Del 7 al 10 de agosto próximo se realizará en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires el Iº Congreso Internacional Witold Gombrowicz. El evento contará con expositores nacionales e internacionales, y mesas divididas en diversas áreas temáticas, donde se discutirá la relación del escritor polaco que residió en Argentina con la literatura comparada, el exilio, el teatro, los vínculos sociales, los intelectuales en Argentina y los intelectuales en Europa. Además se prevén muestras de artistas plásticos y otras actividades que prometen “un evento gombrowicziano” en todo sentido. Al respecto, conversamos con Nicolás Hochman, integrante del grupo Alejandría, quien se encuentra a cargo de la realización general del congreso.
¿Cómo surge la inciativa de realizar el Congreso Gombrowicz en Argentina?
El congreso empezó como algo muy chiquito, muy humilde, nacido de las ganas de hacer algo con este escritor polaco tan enigmático que vivió en Argentina entre 1939 y 1963. Y de a poco la cosa fue creciendo, y se armó una bola de nieve enorme que me parece tiene que ver justamente con su nombre, con su obra, con su experiencia. Los que estamos en la organización no dejamos de hablar de la paradoja gombrowicziana más grande: el tipo escribía para la juventud, para la posteridad, detestaba a los círculos literarios (decía que si iba por la calle y veía a un escritor, cruzaba de vereda), se peleaba con los intelectuales, veía como enemigos a Borges y a todo el Grupo Sur. Y vos hoy salís a la calle y le preguntás a cualquier transeúnte (¡a cualquier joven!) si sabe quién fue Gombrowicz, si oyó hablar alguna vez de él, y las chances de que te diga que sí son mínimas.
A Gombrowicz lo conocen los escritores, algunos de los que pasan por la universidad, los que están insertos en ciertos grupos culturales, y pará de contar.
Y un poco el congreso encuentra ahí su fundamento más importante. Este año se cumplen 75 de que este antihéroe de las pampas llegara al puerto de Buenos Aires, y eso nos parece una excusa fantástica para recuperar su obra, sus palabras, sus provocaciones, para volver a pensar sobre lo que dice. Y sobre todo: para que los que no lo leyeron se acerquen a él.
¿Por qué, a tu juicio, sigue siendo relevante la obra de un escritor como Witold Gombrowicz?
Probablemente haya pocos autores tan vigentes como Gombrowicz hoy. Básicamente porque la posición de outsider, de exiliado, que él eligió (y que le trajo infinitos problemas y satisfacciones), le permitió despacharse contra todos de una manera muy libre. Le pegó a la derecha, a la izquierda, a la Iglesia, a los gobiernos, a la clase media, a los intelectuales, a los escritores, a los artistas, a los viejos y a los jóvenes. No quedó nadie a salvo. Y esas provocaciones, además de ser un excelente argumento de venta de su propia obra como algo interesante y divertido, encierran una serie de reflexiones terriblemente inteligentes y dolorosas.
Gombrowicz es uno de los padres de la literatura existencialista del siglo XX (escribe Ferdydurke antes de que Sartre publicara La náusea), pero no era existencialista. Apalea al régimen fascista y al modelo liberal, pero cuando está delante de gente como Santucho se hace llamar Conde. Habla en contra de las formas y su vida se basa en escribir manifiestos que sostienen esa posición, sin poder escaparse nunca de ellas. Tiene una vida sexual activa y desenfrenada como pocos, con amoríos de una sola noche con marineros, putas, muchachitos porteños, gente del interior, algunas señoritas… Pero al final de su vida se establece, se casa en Francia con una estudiante canadiense, se compra una casa, un coche y un perrito. Se queja de su pobreza extrema y de tener que vivir en pensiones, o de dormir en el piso, y se va de vacaciones casi todos los años.
Y es precisamente en esas contradicciones, tan humanas, que Gombrowicz construye un tejido literario e intelectual admirable, que permite reflexionar sobre el siglo XXI y sus actores desde una perspectiva totalmente renovadora. Y con sentido del humor.
¿En qué consiste el proyecto de publicación que están llevando adelante a través de idea.me?
El congreso tiene muchas aristas. En la Biblioteca Nacional van a haber conferencias, mesas de debate y exposiciones a cargo de unas 50 personas, que vienen literalmente de todas partes del mundo. Ahí mismo vamos colgar una muestra en la que 40 artistas plásticos exponen ilustraciones originales sobre textos de Gombrowicz. Y es precisamente con esas imágenes que estamos preparando un libro muy lindo, con un papel de excelente calidad, todo color, que la gente puede conseguir en este link.
Subimos el proyecto a idea.me (que es un sistema de economía colaborativa) porque creemos que es la mejor manera de financiar la impresión. Peso a peso, día a día, de boca en boca. Como estamos con la opción “a todo o nada”, necesitamos juntar esa plata para que el libro se haga realidad, y estamos convencidos de que va a funcionar.
¿Qué otras actividades están previstas?
El congreso tiene además otras actividades que para nosotros son fundamentales, pensando en hacer un evento gombrowicziano en serio. O sea: múltiple, variado, entretenido, con color, que salga a la calle. Por eso va a haber también un pequeño ciclo de teatro, con obras y performances, y un city tour en el que vamos a recorrer los principales lugares por los que pasó Gombrowicz en Buenos Aires (Retiro, los bares de Corrientes, las pensiones en San Telmo y Bacacay, sus lugares de trabajo, la librería donde dio la conferencia “Contra la poesía”, etcétera). Y para cerrar, estamos filmando un documental acerca de cómo se lee a Gombrowicz hoy, en el que participan algunos de los especialistas más importantes, amigos del autor, y gente que lo lee actualmente: dramaturgos, escritores, pibes de 17 años.
Más información acerca del Iº Congreso Internacional Witold Gombrowicz