Por Sebastián Robles
Gabriela Bejerman no necesita presentación. Escritora, poeta, traductora, música, artista performática bajo el seudónimo de Gaby Bex, desde hace algunas semanas ejerce la dirección teatral en Campo Cascada, cuya dramaturgia también le pertenece. La obra está inspirada en la narrativa de Jane Bowles, que Bejerman tradujo para el libro Juego de damas (Eterna Cadencia, 2012). Conversamos con ella acerca de Campo Cascada.
¿Qué te motivó a querer llevar al teatro la obra de Jane Bowles?
A los veinte años una compañera de la carrera de Letras me regaló para mi cumpleaños Dos damas muy serias. Me hice fanática. Con la inocencia de la edad, fantaseaba con ser su reencarnación. Ella murió en Málaga en mayo de 1973 y yo nací en octubre de ese año, en Buenos Aires. Calculaba que su alma había navegado el aire oceánico esos meses…
En esa época compré durante un viaje un libro de su prosa completa y en el verano de 2011 me di cuenta de que tenía en mi poder nueve cuentos que nunca habían sido traducidos al castellano. Lo propuse a la editorial Eterna Cadencia, que enseguida se entusiasmó, y además se sumó In the Summerhouse¸ su obra de teatro, también inconseguible en nuestro idioma. El hecho de sumergirme nuevamente en su obra, en su vida y en la lógica de sus relatos y mi participación en los talleres de Biodrama que da Vivi Tellas decantaron en lo que llamo el “deseo teatral”.
Como cuento en el prólogo de Juego de damas, el libro que traduje, la obra de Jane quedó deshilachada, inconclusa, por eso Campo Cascada es un homenaje a esta loca y querida autora de la que me siento amiga. En cada función la veo divertirse con sus mujeres desequilibradas y llenas de deseo, adorables.
¿Cómo fue el proceso de escribir el libreto de la obra?
Es muy extraño partir desde el otro a la hora de escribir. En un punto se asemeja a traducir, donde escribís mientras habitás otra cabeza, donde escribís como si otro te dictara. Algo parecido fue armar el guión de Campo Cascada. Como un remolino, todo el mundo de Jane estaba en mí. Primero armé una obra larguísima y después, a partir de la lectura en voz alta con un primer elenco, fui depurando el texto, quitándole personajes, escenas, frases. En el hacer mismo fui comprendiendo las diferencias entre un texto meramente literario y un texto dramatúrgico, en donde se dice mucho menos porque el silencio, la intención y el gesto desplazan el valor de la palabra.
Acabás de publicar, también, Heroína (Mansalva, 2014) un libro de cuentos. ¿Percibís alguna conexión entre tu obra narrativa y el teatro, o son dos experiencias autónomas?
El cuento tiene un único receptor, no hay lectura colectiva. Hay un tiempo que puede interrumpirse. Todo esto condiciona la escritura. Cuando empecé a armar Campo Cascada era muy clara la experiencia de narradora. En un punto es como si el teatro se pareciera más a la poesía que es más compacta, más condensada. La narrativa siempre es más explícita, porque no hay cuerpo que venga a decir, o luz que señale o música que subraye. Sin embargo, ahora me viene a la mente algo que a Jane Bowles le ocurría con el género teatral. Ella decía que era “yenti”, una palabra yiddish que significa mujer chismosa o de bajo origen. Según Jane, en el teatro tenías que ser yenti. Pero bueno, esto fue hace muchas décadas…
¿Qué hay de Gaby Bex en Gabriela Bejerman, directora de teatro?
Soy curiosa. Escribo poesía y narrativa. Hice canciones… y ahora esto. La búsqueda de nuevos lenguajes expresivos surge en mí naturalmente. Y de hecho, conviven. En el teatro pude mezclar algo que hace años me interesa que es la palabra y el cuerpo. Además, hay dos canciones que suenan en Campo Cascada que son standards de jazz “tergiversados”: los canto yo. Fue una propuesta del diseñador de sonido y músico de la obra, Ulises Conti. Lo que no hay de Gaby Bex en la obra es la presencia física. Me gustó correrme del foco y esconderme para mostrar esta maqueta viviente, como me gusta llamarla. No está mi cuerpo pero sí está mi mirada de los cuerpos, la imagen y el movimiento, el clima y el sonido… Hacer esta obra fue como desplegar en tres dimensiones mi imaginación, el sueño de la literatura…
Campo Cascada se presenta todos los sábados a las 22:30 en El Excéntrico de la 18°, Lerma 420, C.A.B.A. Reservas: 4772-6092