“¿Desde qué paradigmas se emprende la corrección de un texto propio? ¿Con qué modelos en mente? ¿Qué ideas de belleza nos influyen? ¿Cada historia encierra su propia forma o cada historia debe encontrar la forma preexistente que más le conviene? ¿Cuál es el núcleo profundo de texto que tenemos entre manos? ¿Corregir pensando en el lector, en la crítica, en el texto o en nosotros mismos? ¿Qué es un error? ¿Qué es un texto perfecto?”
“Después de la primera versión. Taller de reescritura y corrección”, es el nombre del taller de seis encuentros que llevará adelante Federico Falco a partir del jueves 12 de febrero en Casa de Letras. Falco es narrador y poeta, autor de los libros de cuentos 222 patitos, 00 y La hora de los monos, y de la novela breve Cielos de Córdoba. En 2010 fue seleccionado por la revista Granta para integrar su número dedicado a los mejores narradores en lengua española menores de 35 años. Conversamos con él acerca del taller.
¿Cuáles son las dificultades específicas de corregir un texto propio?
Cada uno lidia con diferentes tipos de dificultades. Algunos autores son demasiado exigentes consigo mismos y buscan una perfección inalcanzable, que en muchos casos disfraza una inseguridad a la hora de mostrarse, de enfrentar la mirada de los lectores. Otros autores son demasiado ansiosos, están desesperados por terminar, por sacarse el texto de encima y eso hace que no le den al texto el tiempo necesario para que crezca, para que “leude”. También están los que se enamoran del texto y no pueden ver sus baches, los cabos sueltos. O los que le piden al texto más de lo que puede dar. En el fondo, el trabajo de corrección implica preparar a un texto para hacerlo público. Y esa cercanía a la mirada del otro dispara todo tipo de reacciones: lo importante es que cada uno identifique cuáles son los mecanismos propios que se ponen en juego a la hora de la corrección, cuáles son sus “mañas”, cuáles son las “trampas” que se hace a sí mismo y aprenda a atenuarlas o a convivir con ellas.
¿Existe algún modo de saber si el texto ya está “terminado”?
De alguna manera un texto no se termina nunca y no existe ningún modo científico para decidir “esto ya está”, pero una buena idea es pensar conscientemente si pudimos hacer lo máximo por ese texto con las herramientas y los saberes que manejamos en ese momento. Después, siempre ayuda darlo a leer a un par de lectores de confianza y ver cuáles son sus reacciones y devoluciones. A mí personalmente me sirve leerlo en voz alta para una serie de personas, en esa lectura -cara a cara con el lector- siempre aparecen los errores, las cosas que hacen ruido, que se pueden mejorar.
¿A quiénes está dirigido el taller? ¿Es necesario tener al menos una obra escrita?
El taller está dirigido a todos aquellos que tengan interés en publicar y ganas reales de trabajar y reescribir y pulir. Supongo que no es necesario tener una obra escrita, pero sí entender cuán complejo puede ser el proceso de corrección y reescritura. Así que si nunca se estuvo en ese lugar, como mínimo es necesario imaginación para recrearlo.
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