Por Sebastián Robles
Este viernes 4 de septiembre a las 19 hs. en el Influencias Casa de Arte (Carlos Calvo 2913, CABA) se presenta Desde las bisagras (Ediciones En Danza, 2015), libro de poesía de Luciana Ravazzani, autora de El ombligo de las naranjas y de Intenciones de hablarte (Pánico el Pánico 2011 y 2012 respectivamente), e integrante del colectivo literario “Las Claudias”. Al igual que en los anteriores, en este tercer libro Luciana Ravazzani mantiene una escritura limpia y repleta de imágenes. Cada vez que sueño / con el sueño de vos / me hacés preguntas: / ¿Cómo quema el sol acá? / yo te digo como en Brasil / quema sin que te des cuenta escribe en “Tu cara sol, tu cara sal”, que da nombre a una de las secciones de su último libro. Conversamos con ella sobre sus poemas.
En El ombligo de las naranjas los poemas eran breves y remitían a otra dimensión de lo cotidiano, mientras que en Intenciones de hablarte el tema de la muerte atravesaba todos los poemas. En Desde las bisagras, en cambio, no existe una temática única. Lo cotidiano se confunde con lo íntimo, como si fueran parte de lo mismo. ¿Cómo se gestó este libro?
El libro se gestó de la misma manera en que nació El ombligo de las naranjas en el sentido de que no hubo un acontecimiento particular que me pidiera ser escrito como fue el caso de Intenciones de hablarte donde la muerte de mi mamá fue el tema central. A excepción de la experiencia de escribir Intenciones de hablarte, cuando escribo busco que sea sobre la vida misma: no hay grandes temas, no hay mensaje, pero sí una intimidad que cuanto más profunda es, más me gratifica escribirla, esa conexión conmigo misma donde el sueño de la noche anterior, el recuerdo del dolor que provocó un desamor o la exaltada extrañeza de estar en tierra extranjera se vuelven poesía.
Creo que la diferencia entre El ombligo de las naranjas y Desde las bisagras es que en El ombligo… la poesía era la visión particular frente a algo del orden de lo cotidiano, yo sentía que debía buscar una manera de ver lo de todos los días de una manera distinta, por eso los poemas eran más bien breves, imágenes poéticamente distorsionadas de las cosas, en cambio, en Desde las bisagras no hizo falta la búsqueda de una visión distinta porque está más cerca no de experiencias de lo cotidiano sino que el tema son emociones y, en ese caso, todos tenemos maneras únicas de vivir y atravesar el comienzo de un amor, la manera de sentir un vínculo cercano, lejano, conflictivo con otro, el sabor amargo de las distancias y de las pesadillas, entre tantas otras cosas.
¿Cuál es tu método de escritura? ¿Qué tomás como punto de partida para escribir un poema?
El método tiene que ver con encontrar un ambiente propicio. Cuando surge el deseo de escribir, me siento pacífica y hay distintos lugares que me resultan gratos. En mi casa un ambiente pequeño que da al jardín es uno de los lugares ideales, pero también recuerdo haber escrito un poema al lado de las hornallas encendidas de la cocina una noche de frío polar o en medio de la preparación de un enorme frasco de berenjenas en escabeche.
El punto de partida, de nuevo, no es ni más ni menos que la vida misma y una memoria de detalles que nadie recuerda.
¿Escribís narrativa? ¿Cuál es la diferencia entre escribir poesía y escribir prosa? ¿Se escribe desde el mismo lugar?
Sí y noto la diferencia en que cuando entro en alguno de los dos registros no se alternan, no puedo escribir un día un poema y al siguiente un texto en prosa. Son más bien épocas. Épocas de poesía algunas y épocas de prosa otras. El lugar no es el mismo, a mí me pasa que en la prosa me vuelvo más explícita y buscar la manera de decir lo que quiero decir y que se comprenda es una de las tareas más bellas y difíciles que puede haber, en cambio, en la poesía el verso tarda un poco más en ser escrito porque tiene que acomodarse en una manera de decir diferente.
Sos parte del colectivo literario las Claudias. ¿Qué te aporta esa experiencia? ¿En qué se parece y en qué se diferencia de tus trabajos de escritura individuales?
La experiencia del trabajo en grupo es increíble. Compartirnos y descubrirnos en cada cosa que escribimos y que luego corregimos entre todas hace de cada encuentro el momento de un trabajo que amamos hacer. Se parece a mi escritura individual en que en realidad nosotras escribimos individualmente primero y lo que sí hacemos grupalmente es la corrección y en eso radica la diferencia, escuchar la voz de un lector que siempre ve mucho, muchísimo más de lo que uno mismo ve sobre su propia producción.
¿En qué andás ahora?
Actualmente estoy escribiendo narrativa. Textos de una intimidad similar a la de Desde las bisagras, son páginas esporádicas que tienen el tono de un diario personal, una recopilación de recuerdos o de reflexiones que muchas veces tienen que ver con lo que leo.
Desde las bisagras, de Luciana Ravazzani (Ediciones En Danza) se presenta este viernes a las 19 hs. en Influencias Casa de Arte (Carlos Calvo 2913, CABA). Se referirán a la obra Leticia Martin y Ariel Idez. Habrá un cierre musical a cargo de Federico Novak. Entrada libre y gratuita.