Por Nicolás Mavrakis
¿Cómo leer y por qué? La pregunta es doble, pero al mismo tiempo es una: pensar cómo se lee obliga inevitablemente a reflexionar acerca de por qué se lee. Y en esa reflexión surgen, por supuesto, el placer y la curiosidad, pero también la búsqueda de una experiencia ajena que, a través de todos los maravillosos resortes de la imaginación y la creación literaria, ha asumido la tarea de relatar vidas y mundos que nos eran extraños. Aún bajo instantes de crisis, aún bajo el azote de la excesiva abundancia, la lectura sigue siendo uno de los mejores ejercicios a través de los cuales se desarrolla un entendimiento. ¿Pero hay entendimiento sin crítica? ¿Qué es lo que verdaderamente obliga a pensar una obra literaria? ¿Cuál es la responsabilidad del lector ante aquello que se presenta como un objeto literario? Si criticar significa establecer relaciones, y si establecer relaciones significa exigir a lo escrito todo lo que lo escrito puede dar, ¿no es la lectura crítica una manera de forzar a la literatura a dar lo mejor de sí? Ese fue el objetivo de quienes compartieron en Casa de Letras un espacio para reflexionar sobre cómo se lee y por qué.