Por Luciana Czudnowski
Hoy a las 19 hs en Multiespacio Pasco (Pasco 689, Ciudad Autónoma de Buenos Aires), Club Cinco editores presenta la reedición de Plaza Irlanda, la hermosa novela de Eduardo Muslip. Conversarán con el autor Mariano Dorr y Juan Rearte.
Biromes que emigran, pulóveres que se moldean, departamentos que saben que nadie va a entrar. En la novela de Eduardo Muslip, la presencia de los objetos inanimados se impone con una fuerza devastadora. Los objetos cobran vida para ese narrador golpeado por la muerte de su novia en un accidente. Esta ausencia inaugura el relato. ¿Qué hacer con la ropa de una novia muerta?, ¿qué hacer con sus libros?, ¿qué hacer con su absurda rana de peluche a la que siempre trató como a un gato? Con la muerte, la tercera dimensión de los objetos que permanecen se vuelve casi irónica.
El narrador reflexiona, evoca, traza itinerarios, pero sobre todo mira: “Esa extraña situación en un entorno tan conocido me hacía mirar todo como si fuera nuevo”, dice. La percepción se renueva.
En la primera frase del cuento “La mudanza”, de Enrique Wernicke, leemos: “Ha muerto el viejo y vamos a mudarnos”; de ahí en más, el relato en primera persona hace palpable el duelo del protagonista. En ese sentido, Muslip también teje una trama a partir de la relación con el espacio, con las cosas de alguien que irremediablemente ya no está: “Siento que hasta los objetos que me rodean en la casa querrían abandonarme, se fastidian por tener que estar aquí conmigo”, dice el narrador de Plaza Irlanda.
Hay, además, a lo largo de todo el texto, un marcado interés por los mapas, los atlas y las guías de la ciudad, esa cartografía creada para evocar una realidad que existe en otro lado. El narrador se detiene en las cuadrículas bidimensionales, en las fronteras, en las intersecciones de papel de calles, también en el punto exacto de la guía donde ocurrió el accidente y Helena fue literalmente aplastada por un colectivo.
En esta novela conmovedora, la reflexión sobre la irrealidad y la extrañeza parecen ser las herramientas para transitar el duelo por alguien que físicamente ya no existe.