Libro: El amor es atroz
Autor: Mabel Pagano
Género: Novela
Por María Belén Briasco
El amor es atroz es una de las 17 novelas publicadas de Mabel Pagano. Autora argentina multipremiada, su obra ha sido material de estudio en el Lynchburg College, el Sweet Briar College y en la Universidad de Redlands de Estados Unidos. Especialista en la línea del relato histórico, en su décimo séptima novela Pagano dibuja una historia mordaz que no escatima lenguaje ni crudeza para mostrar el sufrimiento de experimentar el amor siendo transgénero: “Les debo dolores físicos y morales, humillaciones, burlas, golpes, lágrimas. Pero sobreviví a todo, mostrándoles los dientes. Para sonreír o para morder. Que se vayan todos a la mierda”. Las palabras de Gaby (nacida Gabriel Veronelli) dan testimonio de lo tortuoso de ser diferente. Pero, ¿acaso la diferencia no es la esencia de lo que nos constituye como individuos?
Con esta certeza, Pagano se enfrenta a un desafío doble: contar una historia atravesada por la mirada dual de lo femenino/masculino por un lado y de la otredad/subjetividad por el otro. Su habilidad como narradora le permitirá contar la vida de Gabriela en primera persona del singular desde su yo femenino: “¿Cómo me ves? Claro, si yo fui hermosa desde chica. Tenía diez años y ya hacía levantes”. Gaby recuerda así su niñez con la claridad de quien ha vivido antes de tiempo su sexualidad y, al reconocerse mujer, también recuerda las vejaciones de los otros a su cuerpo masculino, que ameritan una lectura externa en otra voz: “Quiso gritar, pero la boca de Bebe apretando la suya se lo impidió y un momento después se encontró aplastado contra el colchón por el peso de Rodi”. Los recuerdos de Gaby se materializan cuando entendemos que son parte de la vida real de Gabriel Veronelli, que nació un año antes de la primera presidencia de Juan Domingo Perón. Entre el vagabundeo callejero y el ostracismo familiar, Gaby conoce un sinfín de personajes y lugares. Desde novios de sus tías, vagos, obreros y policías hasta altos mandos de las fuerzas armadas. En el proceso de su transformación de hombre a mujer, trabaja de cocinera hasta que conoce a Josephine Baker, artista estadounidense, que la lleva a viajar por el mundo. El destino final: Gabriela mujer.
De esta manera, Pagano construye a Gaby y Gaby construye a Gabriela. Yo mujer, él hombre: toda la novela se debate entre las dos caras de la misma moneda, como si para poder entender la esencia de lo que algo es hubiera también que recorrer las aristas de lo que no es. En este sentido, El amor es atroz no es una novela sobre la identidad de género ni tampoco es la historia sobre la lucha por el reconocimiento legal de una nueva identidad. No es el relato de la vida de Gabriel Veronelli, ni de Gabriela Veronelli, ni de Gaby. Y como Gabriel es Gabriela, la novela de Pagano se construye desde el si/no, desde lo dicho y lo no dicho: “Entre nosotros hay cosas de las que no se habla. Y como no se habla, parece que no suceden”. Gaby sabe que ni su familia ni la sociedad están dispuestos a entender el por qué de su diferencia. Adolece de la incomprensión de sus padres, encarna su temprano despertar sexual a través de las violaciones. Dolor en el cuerpo y en el alma. Pero también da cuenta de su felicidad al lograr asumirse como mujer, amarse y amar libremente. A reconocerse y ser reconocida legalmente. Porque con Gaby tenemos la certeza de lo que Leopoldo Lugones supo definir tan claramente: “el amor es atroz como el infierno, / candente red, que no deleite blando, / más sólo es digno del amor eterno / aquel que sabe condenarse amando”.
Escrito en el marco del curso Periodismo cultural: la reseña, el artículo y la crónica.