Por Elena Poniatowska
Culturalmente a los mexicanos nos hace falta darnos cuenta de que somos parte de un todo y que no sólo es cada quién por su lado. Si bien el escritor no está obligado, yo sí creo que tiene una cierta responsabilidad con el lugar al que pertenece, pero eso se desarrolla muy personalmente y no por profesión. Muy adentro, yo creo que todo el mundo tiene un tipo de conciencia social. Vuelvo a mencionar a los franceses, una cultura que se caracteriza por ello, Marcel Proust siendo un gran ejemplo. Uno allá lucha por sus derechos individuales pero también por los de la comunidad a la que pertenece. Véanlo en cómo se movilizan. Una huelga en Francia es impresionante, está bien organizada y continúa hasta que logra su objetivo. También a veces vemos a los franceses luchar por situaciones totalmente ajenas a ellos. En América Latina, es absolutamente distinto y aunque esto ha cambiado con el tiempo, todavía tenemos mucho que aprender.
Hablando de México tenemos, a mi juicio, un intelectual absolutamente extraordinario: Gabriel Zaid. Es un hombre que además de intelectual es el que mejor ha escrito sobre los libros que México necesita. Él dice que hay demasiados libros y que hay demasiados escritores, en el sentido, yo supongo, de que él considera que hay muchísimos malos escritores. Además hace un análisis de la situación política del país. Escribió sobre el asesinato de Roque Dalton, un magnifico escritor salvadoreño, que bromeaba: “Pobrecito de mi país, nuestra capital tiene nombre de hospital; San Salvador…”. Zaid reportó muy bien sobre Dalton. Zaid hace de todo, lo admiro mucho. No sé si estemos frente a una crisis semejante pero es cierto que no hay suficientes como él.