Por Junot Díaz
Me di cuenta de que como escritor soy muy lento. Yo sé que voy a durar cinco años en un cuento de quince páginas y eso es tarea. Es labor. Cuando demoras tanto tiempo en un cuento o en un capítulo significa que tienes que buscar la manera de conservar la energía de la narrativa. Tienes que buscar cómo vas a resistir the mode of production, porque the mode of production es tan lento y tan intenso y tan interno que tienes que buscar algo que mueva la vaina, porque si no vas a reproducir ese mode lento y fastidioso en la escritura. La gente no está ahí para ver tu mode, la gente quiere ver la narrativa. Tuve que desarrollar una máscara alegre y viva y fuerte y animada para este cuerpo desgarrado. Si no fuera por esa oralidad de mi escritura ningún cuento funcionaría, porque por debajo tienen ese grito de seis, siete, ocho años de creación.
Es una estrategia, aunque claro, soy caribeño, la oralidad me divierte. Alguien que tiene un buen hablar. Siempre tenemos alrededor hombres y mujeres que tienen esa lengua… y uno lo reconoce y lo respeta. Todo el mundo habla del francés, pero creo que la gente no reconoce cómo funciona el español en el Mundo Nuevo. El español te puede poner más blanco, el español te puede poner más alto, el español te deja brincar esas casts tan medievales que nosotros tenemos. El español, veo, ha funcionado en el New World como un superpower. Si tú no tienes nada en el mundo, si tú no tienes ni zapatos pero tienes un español del diablo… Ahí mismo hay que respetá, hay que fucking respetá. En el Caribe cuando alguien habla bien tiene el respeto de la gente y de pequeño yo veía eso y me encantaba. Supongo que como a nosotros nos impusieron ese idioma colonial la resistencia consistió en eso: “Ok, tengo que aprenderlo, pero lo voy a convertir en oportunidad.”