Una introducción a la lectura y escritura de libros para la infancia: Grandes personajes en los cuentos infantiles

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No sé si lo podría pensar en términos de actitud correcta. Creo que la situación es difícil y cada quien la va llevando como puede. La situación es muy distinta según la conformación hogareña: hay gente que tiene mucha más carga de trabajo en general y se le suma en algunos casos tener que atender los horarios escolares de hijos o de entretenimiento, compartir dispositivos, cosas que en otros momentos se organizaban de otra forma; y también hay gente que al revés, tiene más tiempo libre y la posibilidad de aprovecharlo para hacer cosas que en la rutina normal no lograba incorporar por distintos motivos, y aún así tiene problemas para concentrarse o poder disfrutar. En cualquier caso, me parece muy razonable que la incertidumbre general por la situación nos afecte de alguna forma a todos y sumarle la presión por aprovechar el tiempo y hacer algo productivo no ayuda. De todas formas, sí creo que leer y escribir pueden colaborar para pasar mejor este momento, aunque nos sea difícil concentrarnos y aunque no resuelvan esa incertidumbre. Me parece que en cualquier momento poder tomarse un tiempo y detenerse del apremio generalizado, de los temas de agenda o de moda, hacer una pausa y buscar un refugio es una de las cosas para las que la literatura funciona muy bien. Anotarse en un curso a veces sirve como para ponerse el compromiso de las lecturas y de la escritura, y no solo por cumplir con las clases. Ojalá que sirva como una chispita que vaya encendiendo el deseo que queda relegado en medio de las preocupaciones cotidianas. No, por supuesto, por menospreciarlas, que son muy válidas, sino para poder atravesarlas en compañía.

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