Por Joyce Carol Oates
Creo que la escritura o cualquier actividad creativa empieza por la imitación. Cuando era muy pequeña, empecé a pintar imágenes: un árbol, una casa. Después traté de pintar una cara. Luego quieres pintar algo original. Es una forma intuitiva de contar historias, antes de aprender a escribir.
Empiezo a escribir a las ocho de la mañana. Pero es un placer, no lo tomo como un trabajo. Lo hago toda la mañana, y quizá un par de horas más por la tarde. Por la noche leo, veo películas, televisión… También me gusta ir al campo a andar, correr o ir en bicicleta. Y pienso sobre lo que escribo. Eso también lo considero escribir.
Cuando haces algo que es tuyo, original y creativo, se disfruta más que ver una película. También puede ser muy frustrante, porque es tu propia obra. Pero incluso cuando trabajas en algo y no estás muy satisfecha, o estás en dificultades, también te sientes como que has hecho algo. Hay veces que no soy capaz de encontrar la voz adecuada para narrar algo y lo intento y lo reescribo… No es algo agradable, pero al final siento que ha valido la pena. Es como los atletas que tiene que entrenarse. Encuentras la satisfacción más tarde.