Por Salman Rushdie
En mi juventud fui un adicto de la ciencia ficción. Cuando estaba en la universidad, leí una enorme cantidad de ciencia ficción. Me gustaba porque sentía a través de ella uno podía explorar ideas muy interesantes. Por su misma naturaleza, es un género que trabaja con ideas.
Más adelante, la ciencia ficción me dejó de interesar porque sentía que la calidad literaria, de la prosa o de la profundidad de los personajes, en especial cuando había personajes femeninos, no era muy buena. Entonces me alejé, pero siempre me ha acompañado ese sentimiento de posibilidades que ofrece.
(…) Una novela no es una tesis. En una tesis, si usted se contradice, el trabajo pierde valor. Pero en una novela, si hay muchos procesos contradictorios simultáneos, eso puede enriquecer la lectura. A mí no me molesta que la ficción se contradiga.
(…) Yo no creo que las novelas nos puedan enseñar muchas cosas. Pero creo que nos pueden mostrar el mundo de una forma interesante.
(…) El orden es como el hombre imagina el mundo, mientras que el caos es la ley de la naturaleza. Creo que eso es verdad. Si usted piensa en la esencia del arte, se trata de un esfuerzo por imponer orden y forma. Y cuando uno crea formas, crea significados. Pero puede ser que todo eso sea una gran falacia, y que en realidad el mundo posiblemente sea un lugar muchísimo más extraño de lo que queremos admitir. Muchísimo más extraño, oscuro, peligroso y alarmante.
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