Por Angeles Mastretta
Vamos a pensar dos sentidos de la palabra trascender. Uno es que lo que uno escribe salga de uno y pase a los otros; en el momento en que tú lees lo que yo escribí, ya trascendió. Si lo que quieres decir con trascender es quedarte, permanecer, tener muchos lectores después de que te mueras, eso yo creo que es una cosa regida por algo que a mí no me interesa. Ya no voy a estar para verlo. Si tú me dices ¿quieres eso? Yo te diría sí, sí lo quiero, pero nunca voy a saber si lo tuve o no, da igual, no me pregunto eso.
No escribo pensando en eso para nada, no sé si será un error o un acierto, pero ni siquiera sé cómo se haría escribir para eso. Pero ya de repente digo estoy siendo escritora, bueno en tanto escribo un diario todos los días, escribo cartas, muchas, en tanto que quiero escribir y conseguir mi voz que me hace mucha ilusión, escribir otro libro y otro libro. Pero no estoy teniendo la disciplina para hacerlo. Estoy muy indisciplinada, estoy viajando mucho y me está gustando mucho el mundo. Lo que pasa es que hay otras cosas que me importan incluso más que escribir. La gente a la que quiero me importa más, la gente a la que voy a querer me importa más.
Entonces ando huyendo y al mismo tiempo encontrándome. Más que huyendo, la palabra no es huyendo, priorizo y estoy priorizando no necesariamente la escritura.