El viernes 14 de octubre a las 18:30 empieza en Casa de Letras (en modalidad videoconferencia) el taller de lectura y escritura “Viajar para contarla“; coordinado por Julián Varsavsky. A lo largo de seis encuentros, el taller propone que cada participante produzca la crónica de un viaje, que se irá puliendo en un ida y vuelta semanal con el coordinador y también entre los participantes. Está contemplada también la práctica de ejercicios cortos y sencillos de narración y descripción. La escritura de textos se acompañará con la lectura de crónicas de grandes maestros del periodismo narrativo: Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Tomás Eloy Martínez, Juan Villoro, Ryszard Kapuscinski, Martín Caparrós y Leila Guerriero. Conversamos con Varsavsky al respecto.
¿Cuáles son las características propias del periodismo narrativo?
Una cosa es informar lo que se ve y otra es narrarlo. Yo podría ir mañana al delta de Tigre y en el contexto de una determinada crónica, informar cuál es el escenario de los hechos con una especie de dibujo técnico en palabras: “estoy sentado en el muelle al atardecer y veo una luciérnaga titilar”. Pero si fuese Borges encontraría una forma más estética de decirlo con este haiku de su libro La Cifra: “¿Es un imperio esa luz que se apaga o una luciérnaga?”. O podría informarte que tal niña entró al cuarto en silencio. Pero si fuese García Márquez diría “la niña entró con el sigilo de una serpiente”. Nadie saldrá del taller siendo Borges o García Márquez, pero la idea es adquirir instrumentos prestados de la literatura para convertir informaciones en narraciones. Esta es una marca central del llamado Nuevo Periodismo -ya no tan nuevo- que se roza con la literatura.
¿Cuál es la propuesta general del taller?
El taller propone herramientas técnicas para desarrollar las especificidades de la escritura narrativa del género non fiction mediante un ritmo intenso de escritura y lectura. Y que, a lo largo de seis encuentros, cada persona produzca una crónica lo más completa posible y bien desarrollada de un viaje con una cabeza intrigante y de impacto, un ritmo fluido y entretenido, una prosa elegante, una temática atractiva tratada a fondo y un cierre englobador que, con alguna sutileza, tenga la contundencia de un cross a la mandíbula y quede resonando por un tiempo en la memoria del lector. También propondré ejercicios puntuales sencillos si acaso alguien no llega a producir una crónica extensa.
¿Es necesario tener conocimientos previos de escritura y/o haber viajado?
No pondría requisitos, pero me da la impresión de que hay uno que se cumple de manera implícita: los inscriptos suelen tener algún tipo de formación terciaria o universitaria -así fuesen estudiantes-, la mayoría en ciencias sociales muy diversas. Pero ha habido varios médicos y gente sin formación terciaria. Creo de todas formas que este no es un requisito sino el perfil de quienes se anotan. Está claro que este no sería un taller para gente que no lee literatura ni periodismo narrativo. Algunos participantes tenían experiencia en escritura periodística informativa o eran ya periodistas, pero todos dominaban al menos el lenguaje escrito académico. Una vez una alumna me dijo “no tengo ningún viaje para contar” y tuve una disyuntiva pedagógica. Pero incluso a partir del viaje más sencillo como una escapada bonaerense, puede surgir una buena crónica (tampoco es prerrequisito haber viajado).
Más información sobre el curso breve “Viajar para contarla”.