Por Edith Wharton
«La longitud de una novela está más determinada por el tema que por cualquiera de sus demás rasgos. El novelista no debería preocuparse, de entrada, por la cuestión siempre abstracta de la longitud: no debe decidir de antemano si va a escribir una novela corta o una novela larga; pero en el acto de la composición no debe nunca perder de vista que, en una novela, lo ideal es que uno se sienta impulsado a afirmar: “Podría haber sido más larga”, en lugar de “No era necesario que fuese tan larga”.»
»Naturalmente, la longitud no es tanto cuestión del número de páginas como de la sustancia y calidad que esas páginas contienen. Es obvio que un libro mediocre siempre resultará demasiado largo, mientras que uno excepcional nos parecerá demasiado corto. Pero más allá de la cuestión de la calidad y el peso específico hay otra más relevante: la del desarrollo que requiere cada tema, la cantidad de tela que nos hace falta soltar. Los grandes novelistas lo saben bien y, con un error de apenas una o dos pulgadas, siempre han cortado la tela de acuerdo con esto.»
Fuente: Wharton, Edith, Escribir ficción. Trad. y prólogo de Amelia Pérez de Villar. Madrid, Ed. Páginas de Espuma, 2011.