Por Delphine De Vigan
Soy ante todo una escritora de ficción, aunque he escrito otras dos novelas autobiográficas o biográficas (“Nada se opone a la noche” y “Días sin hambre”). Mi obra de ficción se nutre innegablemente de todas mis obsesiones, en particular de todo lo que gira en torno a la infancia, la época o el abuso de poder. La idea se me ocurrió cuando vi un reportaje de televisión sobre youtubers infantiles que fueron invitados a un centro comercial para una sesión de firmas. Representaban a una marca textil y fueron recibidos como estrellas. Inmediatamente tomé el cuaderno que estaba a mi lado porque el deseo de escribir sobre estas imágenes surgió de inmediato. Se confirmó cuando descubrí este fenómeno de los niños influyentes y todo el sistema económico que lo rodea.
(…) Lo último que quería era escribir un libro sentencioso o con una tesis. Me gusta la idea de que mis libros están enraizados en una realidad muy contemporánea, pero que ante todo se basan en una historia y unos personajes. Creo en el poder de la ficción, de la novela, para ayudarnos a reflexionar sobre el mundo que nos rodea. En la novela hay suspenso en torno a la desaparición de esta niña, pero también es el retrato de dos mujeres enfrentadas. Una busca constantemente la luz y abraza plenamente su era, la otra vive en las sombras, en secreto, y rechaza el mundo en el que vive. Se encuentran en una forma de soledad.