Por Katherine Anne Porter
Yo nunca he hecho una carrera de nada, sabe usted, ni siquiera de la literatura. Empecé sin nada, excepto una especie de pasión, un deseo impulsor. No sé de dónde venía y no sé por qué he sido tan obstinada en ese sentido que nada pudo desviarme. Pero esta cosa que existe entre mi persona y mi literatura es el lazo más fuerte que he conocido con cualquier otra persona u otro trabajo que haya realizado. Empecé a escribir cuando tenía seis o siete años, pero también tenía multitud de otros semitalentos: quería bailar, quería tocar el piano, cantaba, dibujaba. No se trataba en realidad de simples aficiones: lo investigaba todo, experimentaba con todo. Y además hay que tener en cuenta que entonces no había muchas diversiones. Si una quería oír música tenía que tocar el piano y cantar una misma. La mayoría del tiempo dependíamos de nuestros propios recursos: nuestra propia música y nuestros propios libros. Las casas estaban llenas de libros para ser leídos y nosotros los leíamos.
(…) Es algo muy individual. Cada persona necesita algo diferente… Pero lo que me parece más negativo entre los artistas jóvenes es esa tendencia a ingresar en la clase media, esa idea de que deben casarse tener muchos hijos y vivir como todo el mundo, ¿sabe? Yo estoy a favor de la vida humana, entiéndame bien, a favor de matrimonio y de los hijos y de todo eso, pero muy a menudo no es posible tener eso al mismo tiempo hacer lo que se supone que uno haga. El arte es una vocación, tanto como cualquier otra cosa en este mundo. Para el verdadero artista, es la cosa más natural del mundo, no tan necesaria como el aire el agua, tal vez, pero sí como el alimento. Pero en realidad llevamos una vida casi monástica; para seguirla es necesario, a menudo, renunciar a algo.
(…) Es un acto de fe. Pero una de las características distintivas de un talento es el coraje de tenerlo. Si los artistas jóvenes no tienen el coraje, no hay nada que hacer. Fracasarán, del mismo modo que fracasan las personas sin coraje en otras vocaciones en otras esferas de la vida. El coraje es el primer requisito esencial.