Por Amy Tan
(…) escribir es, para mí, conectar memorias. Lo que busco en la escritura, con la escritura, es una continuación de la memoria, pasado, presente y futuro. Busco al escribir que todo tenga sentido, como si se tratase de un mismo momento continuo. Como la vida misma. A través de la ficción, quiero conseguir que cada escena esté relacionada con la otra a través de los sentimientos. Los sentidos son lo que hace que todo en la vida esté relacionado. La imagen del laberinto es la que mejor se adapta a lo que ocurre con las familias. En el laberinto, los caminos se cruzan sin parar.
(…) Le voy a dar un ejemplo de cómo opero al redactar. A mí me dijeron que mi abuela era una viuda que fue raptada por un hombre poderoso, que la obligó a casarse con él. Era su cuarta mujer. Luego llegaría este rico señor a tener siete mujeres. La versión varía. A veces me decían que él la había amenazado con un cuchillo si se negaba a casarse con él. Otras, que se iba a matar él mismo con ese famoso cuchillo. Esa historia no tenía ningún sentido para mí. ¿Por qué un hombre, que tiene todo lo que necesita, rico, dueño de la isla en la que iban a vivir, va a arriesgar su fortuna y acabar en la cárcel por matar a mi abuela? Decidí reescribir la historia de forma emocional. Esa historia era, para mí, una verdadera historia de amor. Se la conté a unas primas mías que viven en China y estaban de acuerdo. Esa forma emocional me ayudó a buscar la verdad.