Por Michael Chabon
(…) no siento realmente que la ficción esté perdiendo valor. Pero me irrita personalmente el valor agregado que la gente –los lectores, los editores– están dispuestos a dar a un trabajo cuando se promociona como “no ficción”. Lo que me molesta e incluso me enoja es el inmerecido valor que se otorga a algo que es supuestamente un trabajo de no ficción o unas memorias, solo por el hecho de serlo.
(…) debemos ser capaces de reconocer que unas memorias son en cierto modo ficción. Lo que me gusta de la novela es que es un trabajo de ficción abierta y honestamente engañoso. En cambio, las memorias son con mucha frecuencia deshonestas con respecto a su estatus de ficción. Con frecuencia, no siempre.
(…) Hay mentiras honestas y mentiras deshonestas. Hay mentiras que son honestas porque declaran abiertamente su estatus de mentiras, y hay mentiras que se disfrazan y decepcionan. Las del primer tipo son arte. Las del segundo tipo, maldad.
Cuando pienso en las diferencias entre una novela y unas memorias pienso en lo que hace un mago en el escenario. Cuando vas a ver a un mago estás dispuesto a ser engañado, sabes que un ramo de flores no se puede transformar en un conejo, sabes que te están engañando y quieres que te engañen, das tu consentimiento para ser engañado. Ahí radica su belleza. Y eso solo ocurre con la novela. Para mí, las memorias solo consiguen su máximo poder en la medida en que están dispuestas a reconocer su parte de ficción.
(…) La memoria es una herramienta de la imaginación, un instrumento para hacer ficción. Una herramienta en la que no podemos confiar. Porque cuando escribes unas memorias, cuando miras atrás y ves la vida que has vivido, lo que haces es buscar patrones: ¿Cuándo empezó todo? ¿Cuándo empezó a ir todo mal? ¿Cuándo me di cuenta de que iba a ser escritor? Puede ser un auténtico intento de ver un patrón, un patrón auténtico, pero eso no existe, el patrón es algo que la inteligencia humana impone sobre el caos del universo. El simple hecho de ver un patrón en nuestra experiencia es un acto de ficción.