Publicada por primera vez en 1945, Rebelión en la granja es una de las novelas más famosas del escritor británico George Orwell, autor también de la novela distópica 1984. Tanto una como otra plantean una toma de postura enfática por parte de Orwell en contra de los totalitarismos, en particular, del totalitarismo nazi y el soviético.
Escrita al calor de la segunda guerra mundial, con aires de fábula clásica, Rebelión en la granja es el relato de la sublevación de los animales en el interior de una granja, donde los humanos son expulsados con el propósito de formar un gobierno propio. A partir de ese momento, que es narrado de manera triunfal –Orwell jamás pone en tela de juicio los móviles de la rebelión: los animales son efectivamente sometidos por los seres humanos al comienzo del relato– se produce un segundo momento en la rebelión, que habla de un desaliento, una cierta desesperanza en el destino, no ya de los animales, sino del ser humano, al generarse un gobierno totalitario de características aún más despiadadas que el régimen que había venido a reemplazar. El paralelo con la revolución rusa de 1917, que había devenido en el gobierno totalitario de Stalin, quedaba de manifiesto.
Existen por lo menos dos versiones cinematográficas de Rebelión en la granja. La última, de 1999, fue dirigida por John Stephenson y cuenta con actores y animales reales. A continuación, presentamos la primera adaptación, de origen inglés, dirigida por Joy Batchelor y John Halas en 1954, en versión completa y subtitulada.
En la revista Terror Fantastic de enero de 1973, el crítico cinematográfico Manuel Mir comentaba al respecto de esta adaptación:
“En 1954 John Halas y Joy Batchelor realizaron en Inglaterra una cinta de dibujos animados de largo metraje que se ha ganado un sitio dentro de la historia del cine de animación, por ser la primera película que nos presente up problema puramente político dentro del mundo del dibujo animado. Me refiero a Animal Farm, que fue presentada España con el titulo de Rebelión en la granja. La insólita rebelión, protagonizada por el elemento porcino (estos británicos con su peculiar humor), nos muestra paso a paso cómo los sedícentes del orden establecido en una granja van minando paulatinamente la moral de sus camaradas incitándoles a una revolución con falsas promesas, y que una vez triunfante sirve únicamente para el disfrute de la raza porcina, ayudándose ésta, para mantener el orden, de los feroces mastines, en una implantación de régimen terrorífico. La sátira contra el régimen comunista es feroz y, en algunos detalles, provista de sagaz ingenio. La película, dejando de lado influencias y tendencias políticas, es interesante, por ser una pieza única en su género. Y de ahí, de su rareza, más que de su perfección técnica (de la que no está del todo exenta, en particular a lo que a color concierne), merezca este comentario por ser representativa de un género cinematográfico que no dejó demasiado rastro: el cine político de dibujos animados”.