Durante una charla realizada en el año 2001 en la Point Loma Nazarene University, en California, Ray Bradbury ofreció doce consejos para escribir. Aquí reproducimos los consejos y al pie de la nota, el video de la charla (en inglés).
No empezar escribiendo novelas. Llevan mucho tiempo. Es conveniente empezar escribiendo “una cantidad endemoniada de cuentos”, al menos uno por semana. Tomarse un año para hacerlo. No es posible escribir 52 malas historias al hilo. Bradbury esperó hasta los 30 para escribir su primera novela, Fahrenheit 451. “Y valió la pena esperar, ¿eh?”
Los escritores pueden ser amados, pero no reemplazados. Tener esto en mente al intentar, de manera consciente o inconsciente, imitar a los escritores que uno admira, tal como él imitó a H.G. Wells, Julio Verne, Arthur Conan Doyle y L. Frank Baum.
Examinar la “calidad” de los cuentos. Bradbury recomienda a Roald Dahl, Guy de Maupassant y a los menos conocidos Nigel Kneale y John Collier. No lo satisfacía nada en el New Yorker, porque opinaba que los relatos ahí publicados “no tenían metáfora”.
Ocupar la mente. Bradbury sugiere una serie de lecturas nocturnas: un cuento, un poema (Pope, Shakespeare y Frost, no la “basura” moderna) y un ensayo. Los ensayos pueden pertenecer a una diversidad de campos, incluyendo la arqueología, la zoología, la biología, la filosofía, la política y la literatura. “Al final de mil noches… ¡Dios! ¡Estarás lleno de cosas!”
Deshacerse de los amigos que no creen en uno. “¿Se burlan de tus ambiciones de escritor? La sugerencia es que los despidas sin retraso.”
Vivir en la biblioteca. No vivir en la “maldita computadora”. Bradbury no fue a la universidad, pero sus insaciables hábitos de lectura le permitieron “graduarse de la biblioteca” a los 28.
Enamorarse del cine. Preferentemente del viejo.
Escribir con alegría. “Escribir no es un negocio serio”. Si una historia comienza a sentirse como un trabajo, desecharla y comenzar una nueva. “Quiero que envidien mi alegría”.
No planear ganar dinero. La esposa de Bradbury “hizo un voto de pobreza” para casarse con él. Recién a los 37 pudieron comprarse un auto.
Hacer una lista de 10 cosas que uno ama y 10 cosas que uno odia. Luego escribir sobre las primeras y “matar” las segundas —también escribiendo sobre ellas. Hacer lo mismo con tus miedos.
Escribir cualquier cosa vieja que surja en mente. Bradbury recomienda “asociación de palabras” para romper cualquier bloqueo creativo, porque “no sabés lo que hay en vos hasta que lo probás”.
“Recordá, cuando escribís, que estás buscando que una sola persona llegue y te diga: `Te amo por lo que hacés´. O, en su defecto, buscás a alguien que llegue y diga: `No estás tan loco como la gente dice´.”