Por Ariel Bermani*
1. Leé sólo lo que te gusta. Pero si no tenés ganas, no leas. No hay nada sagrado o intocable. Al contrario. Si algo se presenta así -si estás obligado a que te guste porque a todos les gusta-, deshechalo, no te sirve.
2. Escribí un diario, versos sueltos, frases, cuentos por la mitad, cartas documento, novelas, aforismos, cuentos enteros, ensayos, mails, principios de cuentos, esquemas de novelas, artículos científicos, lo que sea. Escribí siempre: para tomar ritmo, confianza, para ir construyendo tu estilo.
3. Anotá todo lo que se te pase por la cabeza. Lo que te cuenten, lo que imagines. Tratá de armar perfiles con personas que conocés o conociste. De ahí van a salir personajes, seguramente. Pensá que sólo con tus tías vas a tener tanto material que es probable que te comparen con Balzac.
4. Hacete amigo de otra gente que escribe, participá en un taller literario, andá a lecturas, pero que tu vida social no atente contra la intimidad de tu escritura. Si alguien elogia lo que escribís, no te sientas feliz. Al contrario. Mejor que te critiquen, eso te va a ayudar a crecer. No te rodees de gente que te elogie.
5. Cogé. Enamorate. Tené hijos -no más de tres-. Cogé. Casate, divorciate. Volvé a enamorarte. No te cases. Cogé.
6. No le hagas caso a Rilke, que era medio pelotudo.Cuando dijo: “si usted puede vivir sin escribir; no escriba”, seguro que lo hizo para impresionar a una mina. No hay que impresionar a nadie. Para qué. No tiene sentido que te angusties cuando no podés escribir. Llegará el momento en que la cosa fluya. Lo importante es que no pierdas el eje: si no escribís, no estás acabado. Pero si escribís no sos Borges. Sos lo que sos, y con eso alcanza.
7. No uses las palabras “rostros”, “allí”, “cabellos”, “encendé” y varias más; los adverbios, en general, tampoco; la mayoría de los adjetivos, menos. La convivencia entre el sustantivo y el adjetivo es riesgosa y puede llegar a arruinarte como escritor. Mejor evitarla. Si es posible, empezá tus textos con verbos. Si es posible, también, trabajá con finales abiertos.
8. Escribí pensando que todo lo que hagas son borradores. El azar dirá si algo de lo que hacés se publica. Pero no pongas tu energía en soñar o proyectar o trabajar en eso.
9. Escribí. Enamorate. Trabajá -cuando no puedas evitarlo-. Cuidá a tu hijos. Conseguite una mascota. Escribí. Viajá. Comprate una bici. Escribí.
*Publicado originalmente en el muro de Facebook del autor.