Por Mark Anderson
1-“Ten algo que decir”, dice Ian Rankin, el creador de John Rebus. “Puede ser un argumento ingenioso, o un tema polémico. Debes tener una necesidad apremiante de compartirlo con los lectores, de lo contrario, ¿por qué escribir?” Su nueva novela, The Complaints, recién publicada, es un ejemplo perfecto. Usa una compleja conspiración para pintar un retrato poco halagüeño de Edimburgo tras la crisis del crédito mientras, al mismo tiempo, explora lo que significa “ser bueno”.
2-“Pienso que una novela criminal -como cualquier relato- tiene éxito o fracasa dependiendo del personaje”, dice Michael Connelly, el creador del detective Harry Bosch. “Crear y mantener un personaje principal con el que el lector empatice es la bola más importante con la que debes hacer malabarismos cuando escribes. Es también la tarea más difícil. Tu protagonista es el conductor de tu coche. El lector tiene que querer entrar en el coche con él y confiar en él, pero sin saber a dónde se dirige”. La última novela de Connelly, Nueve Dragones, publicada en octubre, lleva a Bosch desde las principales calles de Los Ángeles hasta Hong Kong.
3- No es esencial tener una trama enrevesada. “Estoy cada vez más convencido de que el suspense genuino no es creado con sorpresas y giros inesperados, sino creando personajes que le importen al lector”, dice Mark Billingham, creador del detective inspector Thorne, cuyo último caso, Blood Line, se publicó el mes pasado. Un buen escritor de novela negra necesita algunos trucos, por supuesto, pero el personaje lo es todo.”
4- “Engancha al lector desde el principio, déjalo pasmado al final”, dice Kathy Reichs, creadora de la antropóloga forense Temperance Brennan, cuyo 12º caso, 206 huesos, acaba de ser publicado. “Siempre tengo en mente el comentario de Mickey Spillane de que la gente no lee libros para llegar a la mitad, sino que lee libros para llegar al final”, dice Jeffrey Deaver, cuya última novela, Cruces de carretera, se publicó el mes pasado. “Yo siempre estoy pensando en el argumento y las técnicas que garantizarán que los lectores sigan pasando las páginas a lo largo de toda la historia”.
5- Trabajar sin tregua. No hay substituto para el talento, pero cuanto más se cultiva más se desarrolla. Anthony Burgess solía decir que los libros están escritos con “quemaduras en las sillas y plumas sobre el papel”. No necesitas pasar años investigando las últimas técnicas forenses o el periodo histórico en particular que has elegido; no necesitas el último modelo de portátil. A día de hoy, Colin Dexter nunca ha tenido o usado un PC. “Yo solía escribir por las noches, después de escuchar a The Archers y antes de ir a tomar una pinta de cerveza. Con que solo escribas una página cada noche, eso son 365 páginas al año o un libro y medio.” El resultado fue Last Bus to Woodstock, la primera novela protagonizada por el Inspector Morse.
6- Habilidades supremas de organización. Una novela negra es como un castillo de naipes: haz un cambio en el último momento, mueve algo, y todo el edificio puede venirse abajo. P.D. James, cuyo Talking About Detective Fiction será publicado el mes próximo, ha llegado a la siguiente conclusión: “La novela policíaca debe tener un argumento convincente y creíble, personajes que sean más que estereotipos, buena escritura y la integración creativa de ambiente, narrativa, caracterización y tema. Para decirlo claramente, una buena historia de detectives debería ser una buena novela.”
7- Sé precavido. Lee Child, creador del tan popular y mítico vagabundo Jack Reacher, dice: “No des a sus lectores lo que les gustaba el año pasado, dales lo que van a disfrutar el próximo año.” Gone Tomorrow, por ejemplo, publicado a principios de este año, exploró el aterrador fenómeno de los terroristas suicidas en Nueva York.
8- Suerte. Incluso si sigues todas estas sugerencias al pie de la letra —¡ay!— no hay garantía de que estés pronto en la lista de los más vendidos. Sin embargo, si tú las ignoras no tendrás ninguna oportunidad. Internet permite autopublicarse fácilmente, pero el talento genuino está reservado para el editor genuino. Por qué publicar tu trabajo en la web y perderlo en un montón de fango digital— en lugar de enviarlo a una agencia literaria consolidada. Cualquier agente respetable, solo por su quince por ciento, te dejará pronto si no eres bueno. Los editores raramente aceptan manuscritos no solicitados hoy en día, un agente puede ser tu llave maestra para abrir esa puerta. Sin embargo, algunas veces todos los consejos pueden ser ignorados. Collins envió a Colin Dexter seis páginas de sugerentes cambios para Last Bus to Woodstock. Él los ignoró todos y, en vez de eso, envió la novela a Macmillan. El resto, como se suele decir, es historia.
Fuente: The Telegraph