Por Sebastián Robles
El sábado a la noche en el bar La Paz, durante la Noche de las Librerías, se realizó la presentación de Mate: Antología de Cuento Digital 2013 con los cuentos ganadores del concurso realizado por la Fundación Itaú. En el equipo organizador del premio se encuentra el Grupo Alejandría, cuyo nombre viene sonando desde hace casi una década en la escena literaria de Buenos Aires, tanto en la organización de lecturas como, en los últimos años, en la del premio propiamente dicho. Conversamos con Edgardo Scott, integrante del Grupo Alejandría, escritor y docente de Casa de Letras.
¿Cómo nació el grupo Alejandría?
Como la mayoría de las cosas importantes, la verdad es que no hay un origen “preciso” del grupo. Pero hacia fines de 2004 nos juntábamos compañeros del taller de Abelardo Castillo de entonces (Juanjo Burzi, Clara Anich, Sandra De Falco, Verónica Yattah, Leonardo Saguerela; alguna vez se sumaría alguno más); nos juntábamos en La americana o por cualquier bar de la zona de Congreso y fantaseábamos con “hacer algo”. En marzo de 2005 en el bar Bartolomeo, antes Bukowski, en el Pasaje de la Piedad y Bartolomé Mitre, empezamos el ciclo. La modalidad con los invitados que vienen a leer es casi idéntica a la de hoy. Los dos primeros años era dos veces por mes. Hoy me resulta inverosímil. Varios de los integrantes iniciales fueron tomando otros caminos y proyectos, y a su vez se sumó otra gente. Clara y yo estamos desde el comienzo. Un año participó Ximena Venturini. Y desde hace algunos años están Nicolás Hochman y Yair Magrino.
Todos los integrantes del grupo Alejandría son escritores. ¿Percibís en la obra de los cuatro una afinidad estética, después de estos nueve años de existencia como grupo?
Percibo exactamente lo contrario: todos escribimos bastante diferente. Pero a su vez todos somos muy inquietos para leer y todos respetamos mucho el carácter diverso que tiene Alejandría.
¿Cuál es la relevancia de las lecturas en la escena literaria actual?
No lo tengo tan claro, porque para mí hay como un continuo desde hace diez años. Supongo que alguien que comienza hoy con un ciclo de lectura podría responder mejor. Respecto de cuál fue la relevancia, te diría que toda (o casi toda) mi generación pasó por algún ciclo de lectura; y que muchos hasta se conocieron, leyeron (escucharon) o cruzaron por primera vez con otro en un ciclo de lectura. Como si los ciclos de lectura, para nosotros, hubieran sido el lugar de encuentro que quizá en otra época fueron los bares o cafés, las revistas literarias, la facultad, los grupos de estudio, o la militancia. Pero a diferencia de ellos, los ciclos en general siempre tuvieron un carácter público. A veces se dice que esto surgió de la poesía, y tiene una parte real; pero yo siempre lo asocié más a las fechas donde tocan muchas bandas (en el under), pero que por supuesto no son privadas, son abiertas al público.
¿En qué consiste la participación del grupo en la organización de los premios Itaú Digital?
Somos lo que se llama “líder de proyecto”; nosotros nos ocupamos de todo lo que sea “literario” (jurado, comité, edición de la antología); y de muchas cosas más. Pero por supuesto que lo que hacemos y proponemos se comparte y discute con el equipo de Itaú cultural Argentina.
¿Cuáles son los planes del grupo para el futuro?
El año que viene cumplimos 10 años. Las efemérides son siempre permeables a la Historia. Así que, conscientes de esto, estamos pensando en un año distinto; de seguro celebratorio, pero también más reflexivo. Y supongo que aquellos que invitemos a participar, también van a reflejar ese proceso.