Por Ernest Hemingway
“Después de un buen sueño, estando fresco, reescribe lo que escribiste el día anterior. Cuando llegues al punto interesante en el que ya sabes lo que va a pasar, síguele desde ahí hasta que te detengas en otro punto interesante. Así siempre lo que escribas estará lleno de puntos interesantes y al escribir nunca te atorarás y lo que escribas se mantendrá interesante. Y una vez que lo acabes, ahora corta lo más que puedas. Lo más importante es saber qué dejar afuera. Si puedes tirar lo que en la historia de alguien más sería un punto de interés, entonces vas bien”.
“No te desilusiones por encontrar que hay mucho trabajo mecánico a la hora de escribir. Sí, lo hay y no puedes saltártelo. Yo reescribí Adiós a las armas por lo menos cincuenta veces. Tienes que trabajarlo. El primer borrador de cualquier cosa es una mierda. Cuando empiezas a trabajar toda la emoción es para ti y ninguna para el lector, pero aprenderás a trabajar tu historia de modo que el lector la recuerde como una experiencia propia y no como algo que leyó. Esa es la prueba verdadera de la escritura. Cuando logras hacer eso, el lector se quedará con la emoción y tú no. A ti solo te toca el trabajo duro y, mientras más escribas será más difícil porque cada historia tiene que ser mejor que la anterior. Yo puedo y sé hacer muchas cosas mejor que escribir, pero cuando no escribo me siento como mierda. Tengo el talento y siento que lo estoy desperdiciando”.
“No puedes saber si tienes talento. A veces te la puedes pasar años escribiendo antes de que se muestre. Si alguien lo tiene dentro de sí saldrá tarde o temprano. Lo único que te puedo aconsejar es seguir escribiendo, aunque sea muy difícil. La única razón por la que yo hago algo de dinero con el oficio es porque soy como un tipo de pirata literario. De diez historias que escribo sólo una es buena, así que tiro las otras nueve”.
“Nunca compitas con escritores vivos. No puedes saber si son buenos o no. Compite con escritores muertos que ya sabes que son buenos. Así, cuando los superes sabrás que vas por buen camino. Debes de haber leído todo lo bueno para saber qué se ha hecho, porque si tienes una historia como alguna que ya se haya escrito, la tuya no va a ser buena a menos que superes la anterior, pero la tendencia debe ser siempre a ir hacia arriba en vez de hacia abajo. Y no imites a nadie. Todo el estilo es la incomodidad de un escritor al asentar un hecho. Si tienes una forma de decirlo por ti mismo, eres afortunado, pero si tratas de escribir como alguien más, te vas a quedar con la incomodidad del otro escritor y con la tuya”.
Fuente: La conjura de los libros