Por Lucia Berlin
“Es un placer hacerlo [escribir]. Es un lugar al que ir. Definitivamente, es el lugar en el que estoy, en el que me siento más honesta. Cuando empecé a escribir estaba sola. Mi primer marido me había dejado, estaba nostálgica, mis padres me repudiaron porque me había casado y divorciado muy joven. Así que escribía para irme. Irme a casa. A ese lugar donde yo me sentía segura. Escribo para crear una realidad”.
“Escribir es como contar un chiste. Si lo cuentas es porque quieres que alguien se ría”.
“Si alguien me dice que tengo un trozo de espinaca entre los dientes, siento tanta vergüenza que quiero suicidarme. Pero si alguien critica mi forma de escribir, no me afecta, porque la escritura es mía. Así que estoy bien”.
“Oh, el consejo más importante que yo daría —quizá porque este es uno que yo no seguí, llegando en algún momento a sentirme desanimada por la opinión de los demás— sería: aprende lo que puedas de una crítica, pero sigue dejándote llevar por tus propios sentimientos. Eso es muy, muy importante. Antes solía desanimarme, hasta que un día caí en la cuenta y me dije ‘ey, yo escribo para mí’, y entonces fue cuando empecé a no preocuparme por el resto. Creo que eso es lo más importante”.
“Yo leo, y leo, y leo, y leo”.