Por Mario Levrero
“El arte es hipnosis. Es crear una especie de máquina de hipnotizar a otra persona para trasmitirle vivencias o experiencias anímicas que no se traducen en hechos perceptibles. Escribís una historia y esa historia es como una trampa que mantiene el interés del lector, para que en ese estado vaya bajando los niveles críticos de su conciencia, de modo que empiece a aceptar y a recibir cosas que están implícitas en el texto”.
“Tanto cuando lee como cuando escucha, la gente presta mucha atención a los contenidos. Juzga un texto por los contenidos. A veces incluso por los sonidos, por la combinación de palabras. Cuando alguien dice “me gustó mucho tu texto en esta parte” quiere decir que el texto en general no está bien, por eso él destaca algo que sobresalió, algo que salió con una forma especialmente afortunada, y entonces se rescata “al menos” eso. La gente todavía está muy encerrada en los argumentos, a veces en las afortunadas combinaciones de palabras, incluso en las ingeniosidades, que no tienen nada que ver con la literatura. Lo único que importa en la literatura es el estilo. Una vez que se alcanzó eso se puede decir lo que quieras. Lo que pongas va a estar ajustado con lo que estás expresando. Puede ser desagradable, o nada edificante, pero ese sos vos, un ser único. El estilo personal es imposible de alcanzar con oficio, no hay oficio que lo pueda conseguir.”
Fuente: Entrevista realizada por Pablo Silva Olazábal