A mediados de los 50, Vladimir Nabokov fue maestro de literatura en Cornell University. A esa temporada pertenecen clases que ahora se conservan en forma de libros: un curso que se conoce como “De literatura europea” y otro “De literatura rusa”. Allí, antes de iniciar formalmente uno de sus tan preparados cursos sobre Stevenson, Flaubert, Jane Austen, el Ulysses, La metamorfosis y la Recherche, el autor de Lolita comenzó hablando únicamente de la lectura. “Buenos lectores y buenos escritores”, llamaron los editores a esta introducción, pues Nabokov se dedicó a elaborar un verdadero elogio a la lectura. Como fiel representante del llamado “close reading”, ese “lector curioso” que de tanto en tanto aparece en la literatura hispánica del Siglo de Oro, Nabokov tenía una idea muy precisa y clara de las fuerzas que convergen durante la lectura, de todo aquello que está en juego.
En ese prefacio, entre muchas ideas sumamente provechosas, se encuentra un provocador cuestionario con el cual Nabokov buscaba que sus estudiantes definieran si eran o no buenos lectores. Aquí el ejercicio:
Seleccione 4 respuestas que respondan a la pregunta de qué debe tener un lector para ser un buen lector.
1. El lector debe pertenecer a un club de lectura.
2. El lector debe identificarse con el héroe o la heroína.
3. El lector debe concentrarse en el ángulo socioeconómico.
4. El lector debe preferir una historia con acción y diálogo a una en la que esto falte.
5. El lector debió haber visto el libro en una película.
6. El lector debe ser un escritor en ciernes.
7. El lector debe tener imaginación.
8. El lector debe tener memoria.
9. El lector debe tener un diccionario.
10. El lector debe tener cierto sentido artístico.
Los estudiantes de Nabokov se inclinaron por la identificación emocional, la acción y el aspecto socioeconómico o histórico. Pero lo que él consideraba un buen lector es aquel que tiene imaginación, memoria, un diccionario y un cierto sentido artístico.
Para Nabokov un lector debe der un relector: «un buen lector, un lector de primera, un lector activo y creador, es un relector».