Preocúpese primero por tener los hechos, luego podrá distorsionarlos tanto como quiera.
Use la palabra correcta, no su prima segunda.
En cuanto a los adjetivos, si le generan alguna duda, bórrelos.
No puede esperar que su libro salga bien la primera vez. Trabaje y corríjalo o reescríbalo. Dios exhibe sus truenos y relámpagos sólo de vez en cuando, y de esta forma siempre llaman la atención. Estos son los adjetivos de Dios. Si usted emite demasiados truenos y relámpagos, de a poco el lector dejará de esconderse debajo de su cama.
Escriba sin salario hasta que alguien le ofrezca pagarle por ello.
Utilice una gramática correcta.
Emplee un lenguaje simple, llano, con palabras cortas y frases breves. Esta es la manera correcta de escribir, la más moderna y la mejor. Aténgase a ella. No permita que se cuelen en su escritura la pelusa, las flores y la verborragia.
Levántese de vez en cuando para dar una vuelta a la manzana y dejar que los sentimientos se diluyan. Hay una única cosa que no soporto y no soportaré: el falso sentimentalismo.
Cualquiera puede tener ideas. La dificultad consiste en expresarlas sin desperdiciar una mano de papel en una idea que debería ser reducida a un solo párrafo brillante.
El momento para empezar a escribir un artículo es cuando crea haberlo terminado y esté satisfecho. En ese momento empezará a percibir con claridad y lógica lo que realmente quiere decir.