Por Sebastián Robles
La escritora Gloria María Candioti, egresada del programa formativo en literatura infantil y juvenil de Casa de Letras, resultó finalista de la edición 2013 del Concurso Internacional de Literatura Infantil Julio C. Coba-LIBRESA por su obra El cuarto de juegos, que fue publicada con ilustraciones de Bladimir Trejo. Conversamos con ella acerca de su libro y de su doble oficio de docente y de narradora.
¿De qué trata la novela?
La historia gira alrededor de Eric y Malena, dos hermanos, que hacen un descubrimiento inesperado en el cuarto en la terraza de la casa a la que se mudan con su familia, y que ellos quieren convertirlo en su cuarto de estudios. Encuentran un niño de nueve años metido debajo de la cama, que desde hace mucho tiempo espera el regreso de sus padres. A partir de ese momento se enteran de una historia fantástica y esto desencadena una investigación para ayudar a este personaje a resolver su problema. Este es un poco el argumento, pero te diría que es una novela que trata de la búsqueda de la identidad, la relación de amistad que nace entre adolescentes, incluso de distintas edades, cuando afrontan con seriedad un problema, la posibilidad curativa que puede significar, también para un adulto, enfrentar los hechos dolorosos de la vida familiar.
¿Cómo fue el proceso de escritura del libro?
Yo estaba cursando Dijo Alicia, en Casa de Letras y, por un lado, la profesora Alicia Salvi hizo un comentario que tenía que ver con un tema no muy abordado en la literatura infantil y juvenil y por otro lado, en una clase de taller de escritura estábamos haciendo un ejercicio para encontrar historias. De esta conjunción salió una primera idea. Empecé a desarrollarla tomando el consejo del profesor Brindisi (yo también estaba haciendo un curso breve, también en Casa de Letras) acerca de planificar lo que se va a contar. Así fui tirando de la historia, la desarrollé y la escribí. Después vino el proceso de corrección, de crecimiento de la novela, que es el proceso más largo y más placentero para mí.
A lo largo de mi vida hice varios talleres de escritura y tenía material escrito, pero nunca me había dado la oportunidad de tomarme en serio la posibilidad de publicar. Cursando el Programa Dijo Alicia, se me abrió un mundo de textos, autores y posibilidades. Estoy sumamente agradecida a Casa de Letras, a los profesores, todos excelentes, que siempre nos alentaron a desarrollarnos en este campo de la literatura infantil y juvenil sea como lectores críticos, promotores de la lectura o escritores.
¿Qué te motivó a presentar la novela en el concurso?
Los profesores insistían en que presentáramos los proyectos que teníamos en las editoriales y nos hablaron de la oportunidad que suelen ser los concursos. Investigué concursos y éste apareció en esa búsqueda. Yo tenía terminada la novela y como cumplía con los requisitos de las bases, la envié. Sin demasiadas expectativas.
¿De qué manera influye tu experiencia como docente en tu oficio de escritora?
Muchísimo. Soy profesora en Letras y hace treinta años que doy clase de literatura y desde hace doce años soy directora de un colegio secundario. Por mi trabajo tengo relación con chicos y adolescentes diariamente. Entonces los veo actuar, escucho cuáles son sus preocupaciones, sus problemas. La novela tiene cuestiones que yo vi, charlé o aprendí con mis alumnos. Por ejemplo, la resolución de la historia de Ramiro (es un chico adoptado que está enojado con su familia adoptiva porque quiere conocer su origen) sale de conversaciones que tuve con chicas y chicos que estaban en la situación de querer saber sobre su origen y de tratar de ayudarlos a transitar esa situación pero también de que valoren la familia que los acogió. Cuando empecé a escribir la novela no tenía pensado el personaje de Ramiro, en un determinado momento de la escritura apareció. Me sorprendió a mi primero que su historia se entrometiera en la trama, entonces seguí esa punta.
Por supuesto que la novela El cuarto de juegos, como otros proyectos que tengo o estoy preparando, no son historias de vida, pero claro, se nutren de esa experiencia de contacto con los chicos.
Por otra parte, dando clases de literatura lo que más me gusta es conversar, a partir de textos literarios, sobre distintos aspectos de la vida; por eso puede ser posible que en lo que escribo se reflejen esos diálogos. Y ahora también, si eso se puede dar con una novela mía, me pone muy contenta.
Me impresiona que, en este tiempo, en que algunos colegas –tanto profesores como escritores- y amigos que están leyendo la novela me dicen que las actitudes de los personajes y los diálogos son naturales y me preguntan cómo conozco tanto a los chicos si yo no tengo hijos. Entiendo que esto puede llegar a darse por mi trabajo
¿Qué otros escritores te gustaría destacar dentro del ámbito de la literatura infantil y juvenil?
Es difícil porque me gustan muchos. Podría mencionar como poetas María Cristina Ramos, Cecilia Pisos, Iris Rivera, Jorge Luján. Narradores, sin duda María Teresa Andruetto, sobre todo me gustan mucho sus relatos. Liliana Bodoc con su Saga de los Confines o Mapa Imposible por mencionar algunos de sus textos que son bellísimos y potentes. Lydia Carrera de Sosa, me interesan sus novelas porque tratan temas comprometidos, están presentes los adultos y los chicos son normales, es decir, que no responden a un estereotipo de niño o adolescente. Sebastián Vargas y sus novelas de aventuras. Disfruto mucho de las novelas y cuentos de Florencia Gattari, Martín Blasco. Como autores integrales me encantan Istvansch, y Pablo Bernasconi. Me quedan muchos en el tintero….