Este miércoles 20 de mayo a las 18 hs. comienza en Casa de Letras el taller de escritura y lectura para jóvenes “Espíritu adolescente”, coordinado por Sebastián Pandolfelli. En ocho encuentros, el taller propone que sus alumnos escriban textos propios, y también lean y analicen cuentos y relatos de autores consagrados. Conversamos con Sebastián Pandolfelli al respecto.
¿Qué diferencia a un taller de narrativa para adolescentes de un taller para adultos?
Las búsquedas literarias son bastante diferentes. Cada generación tiene sus propias características. Los chicos de ahora nacieron y se criaron rodeados de una tecnología sobre la cual tienen un dominio natural, eso influye mucho en su forma de ver las cosas. Los adultos ya vienen con una mochila cultural más pesada, con más experiencias vividas, con muchas más lecturas, no todos se adaptan a las nuevas tecnologías tan fácilmente, y lo que se busca en un taller de adultos en general es la corrección de un estilo, pero la voz narradora ya viene formada y uno como coordinador lo puede acompañar en el proceso de escritura pero, desde cierta distancia. El adulto es más individualista. Individualismo aparece porque escribir es una tarea solitaria. Podemos juntarnos a leernos entre nosotros o a charlar durante horas al pedo sobre teoría literaria o como hacen muchos, a criticar por diversión, pero al final, a la hora de escribir sos vos frente a la hoja en blanco y nada más. Eso a veces es mal interpretado y hace que el ego crezca torcido. En cambio los adolescentes de ésta época son más abiertos a las críticas, a vivir experiencias nuevas, al ensayo y error, a las lecturas recomendadas, a participar de la creación colectiva. Entonces el coordinador puede acompañar en la creación de ese estilo o esa voz que recién empieza a aparecer. Los chicos tienen muchísimos menos prejuicios a la hora de leer y escribir historias y eso enriquece el debate y la experiencia creativa. Personalmente me llevo mucho mejor con los adolescentes, como músico de rock, y como escritor, manejo los códigos de los chicos y eso me ayuda a bajar a tierra algunos conceptos teóricos que de otra forma para ellos serían un embole.
¿Cómo será el trabajo en clase?
El objetivo del taller es pensar, idear, construir y escribir textos propios a partir de ejercicios y consignas. Analizar los textos con debate grupal mientras los vamos corrigiendo. Leer y analizar cuentos y relatos de autores diversos como Alberto Laiseca, César Aira, Fogwill, Copi, Osvaldo Lamborghini, Roberto Arlt, Washington Cucurto, Fabián Casas, Juan Diego Incardona, Selva Almada y Leonardo Oyola, entre otros. Vamos a relacionar las lecturas analizadas con los textos propios. Debatir y reflexionar sobre las características de cada texto producido. Relacionar la escritura con otras artes como el cine y la música y analizar los procesos de creación.
Leer y comentar textos sobre la escritura y el arte de escribir de autores clásicos y contemporáneos. Me interesa sobre todo la nueva narrativa, los jóvenes que están escribiendo y publicando hoy y los padres de esta generación, o sea Laiseca, Fogwill, Aira, que son genios poco visitados en la academia. Me gusta mostrare a los chicos que hay vida más allá de Borges y Cortázar.
La idea también es pensar en los nuevos medios de comunicación y las nuevas formas de escribir y de publicar textos: Redes sociales, blogs, Twitter.
Desde un punto de vista pedagógico destaco que la meta principal de este taller es “aprender haciendo”. De esta manera el conocimiento teórico, los métodos y las técnicas se adquieren durante el proceso de trabajo. Y el trabajo es grupal. La metodología es participativa.
¿Cómo ves a los adolescentes hoy?
Como te decía antes, los chicos de hoy viven rodeados de una tecnología que dominan naturalmente, para ellos los celulares de última generación, la playstation, o el facebook están ahí como si hubieran estado siempre. Los medios de comunicación los toman como el blanco perfecto y los bombardean constantemente para venderles formas y estilos de vida o para clasificarlos y cosificarlos a la vez que les exigen que sean únicos y se destaquen del resto porque vivimos dentro de un sistema capitalista que alienta la competencia y el individualismo. Todos se quieren salvar y los demás que se jodan. Eso viene ya desde la Biblia: cuando se pudra el rancho y suenen las trompetas de Jericó todos queremos ser uno de los 144.000 que se salvan al final de la película. Eso a los pibes los tiene en una suerte de estado de alerta que hace que sean mucho más flexibles y tienen una increíble capacidad de adaptación a la realidad en que viven. Son chicos creativos y tienen muchos más medios de los que hubiéramos imaginado para crear y difundir sus producciones.
¿Qué maneras tiene un escritor de dar a conocer sus textos?
Hay muchas maneras de dar a conocer un texto: Blogs, redes sociales, fanzines, imprentas pagas, editoriales independientes, editoriales de E-Books, editoriales medianas, editoriales megasupermonopólicas, etc. Pero primero hay que escribir, corregir y quemar etapas. Y superar ciertas barreras. Aunque suene a cantinela new age, la primer barrera es uno mismo. Ya sea por tener demasiada autocrítica y no mostrar o mostrar poco o no confiar del todo en lo que uno escribe, o por el contrario por ser altamente soberbio y creerse Borges cuando apenas escribiste dos cuentitos para un fanzine del colegio.
Hay que tener paciencia. Hay que esperar. Hay que salir a hacer sociales, conocer gente, conocer a otros escritores, a editores, lectores, charlar intercambiar experiencias y entender que si uno confía en lo que escribe y el trabajo es bueno, tarde o temprano le va a llegar la hora de publicarse.
Más información sobre el taller de lectura y escritura para jóvenes “Espíritu adolescente”.